El incidente se produjo después de que el joven recogiera el cefalópodo mortal que se escondía en la concha, y el desenlace podría haber sido mucho más funesto, ya que estuvo a punto de entregar el hallazgo a un bebé.
Según informan los medios de comunicación australianos, un joven de 18 años estaba nadando en la playa de Shoalwater, cerca de Perth, cuando recogió una concha, sin saber que contenía un miembro de una especie desconocida de pulpo de anillos azules. El joven se guardó la concha en el bolsillo y se dirigió a la orilla para enseñársela a su familia. Cuando el adolescente sacó el hallazgo para enseñárselo a su sobrina pequeña, vio el pulpo, lanzó un fuerte chillido y tiró la concha al suelo.